viernes, 19 de octubre de 2007

Los dias de la humedad; parte II

Intentaban moverse y rendidos volvian a caer boca arriba sobre la banca de madera desgastada por el paso de los años. Entonces los idiotas permanecían ahí, completamente entregados al sopor de su delirio, profundamente inmersos en esa patética fantasía alucinógena, deleitados ante el collage de colores que el coctel de químicos en sus cerebros producía, sin darse cuenta que cada vez que accionaban ese émbolo y la sustancia recién sublimada viajaba por la jeringa de 2mm y através de sus venas y entraba en la fiesta del flujo sanguíneo hasta que se depositaba en los canales mas pequeños de sus mente y sus receptores se confundían y alocaban y su actividad cerebral se disparaba en flujos irregulares y ellos se sentían estupidos y extasiados, como a bordo de un dragon rojo en una fiesta de fuegos artificiales, era un suicidio. Ahi, boca arriba en una de las bancas, con las manos bien tensas y apenas entrelazadas sobre su pecho, el suicidio de estos imbeciles resultaba mas util que continuar con su inservible y mísera existencia. Su suerte había sido echada desde lo remoto de los tiempos, ellos serían los desechables; aberraciones sociales que estaban mejor ocupados así, tirados a la mierda de su vicio, que en cualquier otro lugar.

Continuara....

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