viernes, 29 de junio de 2007

De pie, sobre un estante en mi librero, habita un reloj.
Dentro, un sinfin de pequeños y bailarines gránulos de arena, se amontonan y apretujan, esperando cada uno su momento de pasar por el embudo y estar ya, del otro lado. Cada uno anhela, impaciente, su momento de dejar de ser futuro, atravesar por un instante el tunel del presente y estacionarse por una vuelta mas en el bajo cono del pasado.
Interesante travesía la del gránulo de arena, que emocionado se amontona y se precipita, se estaciona, y espera su siguiente aventura. Asi, un giro a la vez, pasan los minutos, los meses.
Yo creo que mi reloj tiene truco, pues pasa segundo y segundo a la vez, pero no llegan los meses.
Espero, se acelere, para llegar más pronto, a nuevas aventuras, a un giro mas.

3 comentarios:

Sara dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Sara dijo...

Mon cher,hablando de presentes y futuros medibles, no puedo más que citar una frase de Woolf que me dejó pasmada ayer:

"In fact it was ten o'clock in the morning. It was the eleventh of October. It was 1928. It was the present moment. No one need wonder that Orlando started, pressed her heart to her heart, and turned pale. Fpr what more terrifying revelation can there be than that it is the PRESENT MOMENT?

Seductra dijo...

Siempre digo que yo no dejo comentarios.
Otravez le dejo uno a alguien que no conozco.
Que bonito.
Me fui a dormir de buenas.